jueves, 11 de agosto de 2016

Les rambles de Biar (II): La rambla dels Capellans




En esta ruta visitaremos la segunda rambla de Biar, la dels Capellans o Perino, cuyo recorrido es menor que la de Els Molins, pero no por ello cuenta con menos historias del pasado o presente y rincones que visitar.
En naranja, recorrido completo de la rambla

Josef Cavanilles. 1797

Ésta se formó a partir de las aguas vertientes del macizo del Reconco, en su ladera oeste y también por la confluencia de algunos barrancos como el de Els Ruglons y otros de menor tamaño que recogen el agua de la lluvia de la Cresta el Pollastre, el Pi Solitari y les Llometes de la Maredeu, principalmente.



Barranco que baja desde el Reconco, por delante de las Cuevas de Paya

Vistas desde el Reconco de toda la rambla hasta el Corral del Marqués
El barranco a su paso por la Cresta el Gall, visto desde el Camí de Fontalbres
Como ya comentaba en la primera parte, es difícil determinar con precisión donde termina un barranco y donde comienza la rambla, ya que las aguas torrenciales socavan el suelo haciendo que la rambla esté continuamente modificándose.

Bajada del barranco por Les foietes de Trases


Vistas de la rambla desde el cabezo del Pi Solitari

Todos los lugares mencionados anteriormente forman parte de alguna de las rutas publicadas, por lo que iniciaremos este paseo bajando desde el Corral del Marqués, hoy reconvertido en un complejo rural que no conserva su nombre original.



(c) Instituto Cartográfico Valenciano

Corral del Marqués
Justo enfrente del complejo, a nuestra izquierda si tomamos el sentido de bajada, se encuentra un pequeño pozo que permitía el suministro de agua al corral, que contaba con una pequeña vivienda.

Pozo del Corral del Marqués
Cuando se perforó por primera vez para buscar agua, me contaba mi padre que hicieron la prueba "de la pintura". Ésta consistía en verter algo de pintura sobre el agua que comenzaba a aflorar en la perforación. Si desaparecía a los pocos minutos significaba que existía una corriente de agua con bastante caudal bajo tierra, lo que determinaba que se siguiera excavando el pozo para su explotación o no.

Una vez el barranco bordea  la finca haciendo un giro de 90 grados hacia la derecha, a partir de ese momento discurre casi en paralelo a la carretera de Castalla.

Rambla en el tramo que bordea la finca, cuando cambia de sentido

A la altura en la que el Camí del Castellans desemboca en dicha carretera, un pequeño barranco nace en el margen derecho de la rambla, alimentándola de las aguas de lluvia del cabezo del Pi Solitari y el Racó de la Plata, que aparece en algunos mapas como Barranco de las estribaciones del Reconco.

(c) Instituto Cartográfico Valenciano

Barranco que desde el Pi Solitari desemboca en la rambla

Desde el corral hasta este punto hemos sobrepasado cinco pozos o lumbreras de las diez que tiene en total el minado hasta el Pla del Figueral.

Últimas 5 lumbreras contadas desde abajo y restos de un pozo sin terminar. La última queda justo a la altura del corral del Marqués.

Esta palabra viene de "alumbramiento" ya que  a través de ellas se daba luz y ventilación a las galerías, pero también servían para extraer los materiales de la excavación de los minados bajo tierra.

Gazeta de Madrid. 6 de julio de 1863.
A falta de vagonetas para el transporte de estos materiales se iban sacando por las bocas de los pozos.

Ejemplo de galerís con lumbreras

En la superficie se construía un pequeño muro alrededor del pozo por seguridad llamado brocal. Sobre él se colocaba un torno transversal y con la ayuda de una cuerda o maroma se sujetaban capazos de esparto, que se bajaban por el hueco. 


En la parte baja, los picadores o mineros los llenaba con los escombros y desde arriba se subían a la superficie.

Izq. Restos de un refugio de los mineros del minado. A la derecha, restos de una lumbrera.
Seguimos descendiendo y el cauce de nuevo comienza a desviarse hacia la izquierda. Para poder habilitar un carril bici fue necesario construir un pequeño puente con canalizaciones para salvar el desnivel.


Puente sobre el carril bici
Un poco más adelante, a la altura de una pequeña cantera de piedra, atravesamos el Pont de la Marcota, tras sobrepasar la quinta lumbrera.

Cantera


La abundancia de las aguas subterráneas no se daba únicamente en el cauce de la rambla sino que era algo común en todo el término, lo que explica la cantidad de pozos que existían antiguamente.

Muy cerca de aquí, está el rincón de la noria, enfrente de la finca de La Marcota.

(c) Instituto Cartográfico Nacional
El nombre se debe a que en la primera mitad del siglo XX existía en este lugar un pozo de abundante caudal que recogía agua de diversas galerías. Sus propietarios eran los mismos que los de las casas de la finca de La Venta.

Lugar en el que estaba la noria
Sobre él se instaló una noria que era accionada por el movimiento de una mula, que con sus giros constantes iba elevando el agua hasta la superficie.

Funcionamiento de una noria de agua

Cerca de la misma existía una balsa que permitía acumular el agua para ser usada con posterioridad.

Restos de la balsa y la casa de la noria
El excedente se transportaba hasta la finca mencionada, para su aprovechamiento tanto en el uso doméstico como para el riego.

Proseguimos nuestra marcha desde el Puente de la Marcota. Sobre éste circula la actual carretera  de Alcoy a Villena. Originalmente era más estrecho y la curva más cerrada, dejando paso escasamente a un carro.

Pont de la Marcota visto desde ambos lados
El acondicionamiento de esta vía permitió mejorar las comunicaciones desde Biar hasta Castalla, quedando en desuso el antiguo Camí dels Castellans.

Seguimos descendiendo y encontramos a nuestra izquierda la tercera y cuarta lumbreras contadas desde abajo.

Tercera  (dcha.) y cuarta lumbrera
En la construcción de la tercera estuve yo trabajando en el año 1953, durante 8 meses. El contrato para la realización de esta obra lo había obtenido un primo mío de Castalla, Pere Gimeno y conforme la galería se iba construyendo se iba inundando con el agua que fluía desde el suelo.

Para este trabajo se agenció una bomba de gasolina que no sabía utilizar. Yo acababa de sacarme el carnet de conducir de primera y él pensó que "como yo sabía de motores" podía encargarme de ponerla en funcionamiento todos los días (incluso los domingos).

Iba muy temprano, antes de que vinieran los trabajadores que habían sido contratados de Castalla, para que cuando ellos llegaran la bomba ya estuviera en marcha. El agua se acumulaba por las noches lo que me obligaba a trabajar en las galerías con el agua hasta la rodilla, agua que a lo largo del día se iba vaciando.

La obra se comenzó desde la cuarta lumbrera, es decir, la que estaba más abajo, en dirección a la tercera, que se abrió en segundo lugar. El no tener un canal de evacuación era lo que provocaba estas pequeñas inundaciones diarias en el tramo de túnel excavado.

A los pocos días de estar trabajando mi primo me puso ya de oficial a cargo de dos peones de Biar, uno  conocido como el "La Agüeleta" y también con El Casillero. Había un maestro de minas de Castalla llamado Gaspar que fue el que me enseñó a colocar los explosivos y las barrenas.

Dinamita como la que usábamos en el minado
Recuerdo que después de colocar el cartucho de dinamita, cogíamos la lámpara de carburo o carburero con el que nos iluminábamos dentro de la mina, y corríamos a protegernos en la parte baja de la galería, después de un recodo, y la onda expansiva de la explosión nos lo apagaba.
Antiguo caburero
El oficio de minero ya había sido ejercido por familiares míos de Castalla, por parte de mi madre. Mi primo Pere ya había heredado el oficio de su padre, hermano de mi madre.

Mi tio "El alficoç", cuñado suyo, del que ya hablé en la ruta de los molinos, trabajó en el minado de San Cristobal, en el cauce del barranco del Cap de l'Aigüa, junto a sus dos hijos. Desgraciadamente, años más tarde, tanto mi tío como su hijo Pepe fallecieron en accidentes laborales.

Cuando se excavó el último tramo de minado ya se pudo llevar luz eléctrica, dejando se usarse los carbureros que eran poco seguros porque consumían el oxígeno del pozo, lo que obligaba a que cada 15 o 20 minutos se pusiera en marcha un ventilador de fragua manual para hacer circular aire desde el exterior. El problema desaparecía cuando el pozo se comunicaba con la galería ya que éste podía circular de forma natural y no era necesario recurrir a estos artilugios.

Ventilador de fragua manual
Seguimos bajando por la rambla y llegamos a otro puente de construcción más reciente, sobre el que discurre el camino que une La Marcota con El Figueral.


Vistas del Pont entre el Figueral y la Marcota, de ambos lados del puente

(c) Instituto Cartográfico Valenciano
De camino dejamos atrás algunos refugios de los mineros excavados en las propias laderas.

Refugios de mineros
En este último existe un gran pozo del que todavía se extrae agua en abundante caudal que, mediante conducciones, se vierte al minado de la rambla en las proximidades de la Font dels Capellans.



Pozo del Figueral y conducciones
Distintas imágenes del barranco en esta parte de su trazado

La Font dels Capellans era una fuente natural, hoy seca, de la que bebíamos agua bien fresca. Desconozco si la fuente fue la que dio nombre a la rambla o al revés.

Font dels Capellans

Justo enfrente de esta fuente existía una balsa a la que llamábamos la bassa de l'ull, que pertenecía a la Ingeniera, a la que he mencionado en distintas rutas por ser propietaria de muchos terrenos en Biar.
Restos del la Bassa l'Ull
Recibía este nombre porque se alimentaba del agua que las paredes del barranco, llenando una cavidad de terreno que semejaba la forma de un ojo.


(c) Instituto Cartográfico Valenciano
Seguimos descendiendo y  después de sobrepasar las primera y segunda lumbrera llegamos a la zona de la rambla conocida como L'Assotet o assutet, palabra derivada del árabe "as sad". El azud no es más que una barrera en el curso de un río, barranco o rambla para detener el agua y reconducirla a través de acequias para su aprovechamiento.


Azud visto desde el frente y desde su parte superior, hoy completamente devorado por los arbustos.
En este caso se utiliza para dividir en dos ramales la conducción del agua. Por uno de los canales el agua se desvía al lavadero municipal para seguir en dirección del Paseo del Plátano. Gran parte del transporte del agua se hacía en acequia abierta pero en la actualidad circula por conductos cerrados.
El otro lleva el agua hasta la Balsa del Navarro, desde donde es distribuida para el riego.

El agua llegaba por acequia abierta al lavadero para seguir por un tramo cerrado hasta el Plátano
 
Bassa el Navarro, que recibe el agua desde la rambla
Un poco más abajo del azud están los restos de otra balsa que recogía el agua que bajaba por el barranco.

Restos de la balsa
Seguimos descendiendo por la rambla y cuando llega a las proximidades de la Ermita de Sant Ramón, su cauce se desvía hacia la derecha.

Distintos puntos de la rambla hasta llegar a la calle de la ermita

(c) Instituto Cartográfico Valenciano
Por esta zona, la rambla recibía también el agua procedente del Barranc de les Foietes, en las proximidades del Pico el Frare, que a su vez se alimentaba de las aguas de escorrentía del Racó de Santonja, l'Alt Reó y Les Umbries de les Foietes.

Dos puntos por los que desembocan las aguas procedentes de les Foietes cuando hay lluvias torrenciales:
primero se dirige hacia la finca de la Venta para bajar en dirección a la rambla, por delante de la ermita
En la actualidad se han construido viviendas a lo largo de todo el curso de estas aguas con el consiguiente peligro que representa obstaculizar el paso natural del agua, especialmente cuando hay riadas.

Mapa de sombras en el que se aprecia la confluencia de ramblas y barrancos.
 (c) Instituto Cartográfico Valenciano
Mi prima Milagros Pérez Perpiñá (la del gitano), aún recuerda la que tuvo lugar en 1930. En aquella época su padre, mi Tio Manolo, trabajaba y vívía en La Venta que pertenecía a D. Julio Moreno Martínez, ingeniero de Granada, que era el mismo propietario que el de la casa de Santa Aurelia en la que vivían mis abuelos.


D. Julio Moreno Martínez
Dentro de la finca existía una segunda casa que pertenecía en aquel entonces a D. Antonio Hernández Pérez, registrador de la propiedad en Elche y diputado a Cortes por el distrito de Villena, que era pariente político de D. Julio Moreno.


D. Antonio Hernández Pérez
Aunque ambas casas compartían muro que cerraba la finca, cada una tenía su puerta independiente, una junto a la otra. Arriba, a la derecha, algunas de las carrascas más antiguas de Biar y que están dentro de esta propiedad.

La tromba de agua fue tan fuerte que derribó el muro trasero y mi tío le pidió a mi prima que cogiera a su hermano Cristobal en brazos para que no se lo llevará el agua y se subiera a la parte más alta de la casa.


Muro lateral de la finca de la Venta que fue derribado por el agua en la riada de 1930
En la puerta de entrada colocó las trillas sujetadas con gavillas de sarmientos para crear una barrera que impidiera que se inundara totalmente la casa.

Aspecto que debía tener la finca tras la riada
No mucho después hubo otra un 13 de julio, festividad del cólera, aunque esa vez menos intensa. En aquella ocasión el pequeño barranco que bordea la finca ya estaba canalizado y esto evitó que se inundara la casa.


Rambla que pasa por el muro trasero de la finca de la Venta
En este pequeño barranco ambas fincas compartían una pequeña balsa que se alimentaba de las aguas procedentes del pozo de la noria que he mencionado antes. El caudal era tan abundante que en sólo 24 horas se llenaba por completo. El agua era utilizada tanto para el riego como para el uso doméstico de ambas fincas y aun tenían excedente.

Restos del la balsa
Proseguimos nuevamente con nuestra ruta. Debajo de la ermita de Sant Ramón existía un pequeño minado del que se alimentaba la desparecida Bassa del Perino.

Izq. Lugar en el que estaba el minado. Dcha. Ubicación de la balsa del Perino
En las noches de verano, la gente disfrutaba desplazándose hasta la misma para llenar los botijos de agua fresca o simplemente, para pasar las horas a su vera.
Foto: Josefina Molina a partir de una revista propiedad de Antoni Albero Richart. En la imagen se aprecia tanto la balsa como el minado, así como el cauce el barranco.
Por debajo de la balsa, el cauce volvía a girar hacia la izquierda y en este tramo la atravesaba un pequeño acueducto.


Tramo soterrado de la rambla por el que cruzaba el acueducto. Foto acueducto: Antoni Albero Richart

Imagen B/N: ubicación de la balsa y el acueducto. A la dcha. imagen actual, tras la urbanización de la zona.

El acueducto lo hizo construir el Marqués de Biar, que siendo conocedor de que en la finca de la Venta les sobraba el agua, les solicitó el excedente para regar el huerto de su casa. Se daba la circunstancia que D. Julio Moreno también estaba emparentado con el marqués, ya que estaba casado con Carmen López Santonja, de Villena.

D. Luis Santonja Mercader, III Marqués de Biar
Fue necesario conducir el agua desde La Venta hasta el acueducto pero luego aprovechaba las canalizaciones preexistentes para las aguas del Perino, que regaban los bancales que había a espaldas del convento así como los que venían a continuación y que pertenecían al Tio Sambomba.
(c) Instituto Cartográfico Valenciano


En rojo, recorrido que hacia la rambla en las proximidades de la Ermita de Sant Ramón y el Convento de los Franciscanos, por zona de huertas


Bancales a espaldas del convento y los del Tio Sambomba. Fotos: Blog Apiarum
Recorrido de la canalización desde el acueducto hasta el huerto del Marqués
A partir de este tramo la rambla gira de nuevo a la derecha y va bordeando el pueblo después de cruzar la calle del Navarro por encima de un puente. A ambos lados de la misma, las acequias formaban una red de transporte de agua desde las balsas a las zonas de cultivo.

Bancales de este tramo de rambla, regados con el agua procedente de la Balsa del Navarro, que era conducida por acequia abierta
Hasta entrado el siglo XX no existía el camino desde el Barrio de Santa Lucia en dirección a Castalla (Avenidas de Villena y Alicante). Cuando se abrió lo hicieron siguiendo el trazado de la rambla. Hace unos años, por motivos de seguridad, se canalizó y soterró la misma hasta el barrio de Santa Lucía.


(c) Instituto Cartográfico Valenciano

Canalización de la rambla que pasa por debajo de la Calle del Navarro

La rambla antes y después de ser soterrada. Foto de 1985: Blog Apiarum


Punto en el que finaliza el soterramiento, antes de cruzar el puente de Santa Lucía
Cuando las lluvias eran torrenciales bajaba una auténtica riada. Siendo yo pequeño recuerdo que en una de éstas, la fuerza del agua inundó el Teular del Tio Mosquit, que se encontraba antes del puente del Barrio de Santa Lucía, en el lugar que actualmente están parte de las naves de la fábrica de la familia Albero.

Foto del Teular del tio Mosquit publicada en  Biar Vivo.



           Fotos del Teular del tio Mosquit publicada por Cristobal Sarrió Lledó

Ubicación de la antigua fábrica del Tio Mosquit
El agua fue arrastrando todo lo que pillaba a su paso, entre otras cosas, un carro. Cuando llegó al puente, lo rebasó quedando el carro atravesado en el camino junto con las ramas y objetos arrastrados, impidiendo el paso.

Efectos de una riada por el arrastre de materiales
Años mas tarde, en otra riada, el agua volvió a arrasar en este punto lo que encontró. Por aquel entonces en la antigua fábrica de tejas del Tio Mosquit había una fábrica de muebles o ebanistería. El agua derribó el muro, lo que provocó que toda la fábrica y los muebles quedaran parcialmente bajo el agua.


Muro de la antigua fábrica de muebles que fue derribado por el agua

Crecida de una rambla por las lluvias
Dos tramos de la rambla soterrada próximos a la antigua fábrica. Bajo el camino de tierra discurren las conducciones modernas de canalización.

En este local, cuando yo era sólo un niño, mi padre montó con su hermano una fábrica de yeso. Se traían las piedras para cocerlas en un horno para posteriormente ser trituradas. Para ello empleaban un mula que movía un rugló o rulo, dando vueltas.

Cuando yo salía de la escuela me bajaba a cuidar de la mula y estar vigilante, ya que si intentaba hacer sus necesidades debíamos poner rápidamente un capazo debajo para evitar que manchara el yeso. Afortunadamente en aquel periodo no hubo riadas que se llevaran a la pobre mula por delante.

(c) Instituto Cartográfico Valenciano
Salida de la rambla bajo el puente de Santa Lucía. En la bóveda se pueden apreciar distintas épocas de construcción.

A partir del puente de Santa Lucía, la rambla sigue su curso paralelo al antiguo Camino de Caudete (actual carretera a La Cañada) hasta morir en llano en las proximidades  de la que fue estación  del tren chicharra.

En este tramo, la rambla ya ha perdido desnivel

(c) Instituto Cartográfico Valenciano
Antigua estación del tren chicharra en Biar, en cuyas proximidades muere la rambla

A la derecha de la vía. Edificio de 2 plantas: altos, viviendas para jefe y factor; bajos, vestíbulo, sala de espera, despacho, teléfono y almacén. Muelle descubierto de 336 m2. Andén de 60 m. "WC" público.