lunes, 3 de abril de 2017

Salida a tomar fotos del 2 de abril



Hoy domingo, después de mucho tiempo, he vuelto a salir con mis hijos para hacer algunas fotos que necesitamos. Visitaremos lugares en los que ya estuvimos pero de los que queremos tener algunas más.

Nos dirigimos en primer lugar hacia l'Alt de les Voltes y el Cantal d'Arnau por la pista forestal de la Serra del Frare


Cuando pasamos vemos a las cuadrillas que van a preparar bajo el Pico el Frare las hogueras del 10 de mayo. Como están posando para la foto de recuerdo decidimos no parar y hacerlo a la bajada.

Conforme iniciamos el ascenso por l'Alt de les Voltes en dirección al cantal comprobamos que el camino, después de la gran nevada y las lluvias, está en un estado lamentable e incluso con el el 4x4 no es fácil subir. 


Dos ramas de dos pinos diferentes han cedido por el peso de la nieve y justo están descolgadas en medio del camino que debemos pasar. Pero esto tampoco nos detiene. Aparcamos en el espacio que queda entre los dos picos de macizo ya que aquí es precisamente donde esta el Cantal d'Arnau



Juani sigue a pie para recorrer todo el macizo montañoso en dirección hacia las canteras y La Forca para tomar fotos de esa parte. Mientras tanto, David y yo bajamos a la cueva o abrigo rocoso que queda bajo el Cantal y en la que me refugié siendo niño en una ocasión que salí en busca de caracoles y me pilló una buena tromba de agua por aquí. Encontramos los restos de algún senderista pero bien antiguos: una lata oxidada de sardinas de las que se abrían con llave. Como le hace gracia, la cogemos y nos la llevamos de recuerdo.


Cuando nos reunimos otra vez los tres nos montamos nuevamente en el coche y regresamos al pueblo en dirección al puerto. 




Antes paramos para saludar a la cuadrilla que ahora está en el borde del camino y en la que podemos saludar tanto a mi amigo Juanjo, como a mi cuñado Tàbol y a Elisa, la mujer de mi sobrino Silvio.

Una vez en el puerto nos metemos por el camino de la Forca con la intención de llegar al Corral de Les Foietes, para ir tomando fotos sobre la marcha. En uno de los bancales vemos a una pareja de perdices y paramos para tomar alguna foto aunque están demasiado lejos del objetivo de nuestra cámara.



Cuando ya estamos bien cerca nos damos cuenta que el coche es demasiado ancho para seguir por este tramo. 



Como ya tenemos fotos de otros días, damos la vuelta y regresamos al puerto para cruzar la carretera y seguir por el Camí de Fontalbres.

El chabolet, pequeño refugio construido por mi cuñado Lluc cuando cultivaba estos terrenos y que todavía se mantiene en pie junto al camino de la Forca
Una vez sobrepasamos la Casa de Bobo, paramos a mano derecha para enseñarles un nuevo pozo de nieve que conozco.


Alguien le habló de él a Juanjo Torres quien a su vez me explicó como localizarlo. Su tamaño es mucho mayor que el del otro pozo que hay en esta misma finca, cerca del collado. Como en el caso de éste, la cúpula ya no existe. 





Tampoco hay apenas restos de las piedras secas que formaban su estructura pero todavía se puede apreciar la forma cilíndrica completa y su diámetro no debe ser mucho más pequeño que el del pozo de nieve del camino de la Virgen.





Seguimos en dirección a la Font del Xorro para ver las dos pequeñas cuevas que allí hay. También para comprobar como está el caudal del agua después de las lluvias.


Seguimos en dirección a la Font del Xorro y al llegar a la Fonteta de Soriano nos damos cuenta que el agua desborda el pequeño canal de bajada y en lugar de llegar a la pequeña balsa por el conducto subterráneo lo hace por la superficie. Intentamos desatascarla pero el problema es que la tubería no está bien colocada y desvía el curso del agua.



Por fin llegamos a la fuente. Mientras ellos bajan a tomar fotos, yo me entretengo hablando con una familia que está visitando el lugar, entre los que hay  un octogenario como yo. 


Techo del abrigo rocoso que hay cerca del pequeño acueducto
Cuando se marchan compruebo que David se ha introducido por el orificio de la pequeña cueva que queda a mayor altura ya que según nos cuenta, la galería es estrecha pero larga y que parce que comunica con otro al fondo. 


Cuando está ya alcanzando la zona más profunda, al encender el flash del móvil una bandada de mosquitos desde el interior se lanza contra él y le obligan a salir nuevamente al exterior.




Toman después algunas fotos y vídeo del canal del agua y del pequeño acueducto que se prolonga por la zona rocosa.






Nuevamente nos montamos al coche ya para regresar a casa, que ya va siendo hora.