lunes, 11 de abril de 2016

Paseo hasta la Tosquera por el camino del santuario


Una imagen que une el pasado con el presente, como esta pequeña ruta.
Aunque en el paseo de hoy recorreremos pocos montes he querido incorporarlo a mis rutas porque a lo largo de él también visitamos lugares que forman parte de mis recuerdos y que al igual que en el resto de propuestas, será una excusa para ir saltando del presente al pasado.

Lo comenzamos desde el Carrer de Santa Ana para dirigirnos al paseo que hay a continuación.
(c) Instituto Cartográfico Valenciano
Este es un trayecto tradicional para la gente del pueblo pero que cualquier visitante no debería perderse. Comenzamos desde el Passeig del Plàtan en dirección al santuario de la Virgen. Este paseo es un rincón emblemático del pueblo, lugar de encuentro para gente de todas las edades.

Lo primero que encontramos al comienzo es l’Arc que da acceso al paseo desde la calle Santa Ana. 


Vistas del arco desde ambos lados
Este arco no es muy antiguo, es de principios del siglo XX y en él podemos ver en un lado un retablo cerámico con la imagen de la Virgen de Gracia, patrona del pueblo, y en la otra, uno del escudo de la Villa de Biar. Este tipo de retablos tan característicos en el arte valenciano lo encontramos  en nuestro pueblo principalmente en las abundantes fuentes y también en fachadas, teniendo un motivo religioso en casi todos los casos.

Comienzo del paseo en tres épocas distintas. Fotos: Archivo municipal del Ayto. Alicante, Ayto. Biar
En la fotografía central ya aparece el edifico en el que actualmente está el Maset de la comparsa de estudiantes y que fue construido para albergar el Cine Chapí. Antes de recibir ese nombre fue un cine de verano y el Ball del Tio Ximo. Luego se reconvirtió en una sala de baile, a la que los jóvenes de principios de los 80 acudían también a bailar. En aquella época se conocía como el Ball del Tio Ciri.
El siguiente punto de interés es L’Arbre del Plàtan, que da nombre al paseo y es un ejemplar que cuenta ya con casi trescientos años. Antiguamente, esta zona era una alameda.


Panel informativo del árbol del Plátano
Fotos B/N: Archivo municipal  del Ayuntamiento de Alicante y Blog Apiarum

Todavía existe la antigua acequia cubierta. Aunque parte del trazado es del s. XVI, estos arcos son más recientes, ya que hubo que construirlos para desviar el trazado de la misma, que antiguamente bajaba por el otro lado del camino. Hasta esta acequia llegaba el agua del barranco de los molinos para abastecer al pueblo y el sobrante se llevaba a la balsa de la villa, para ser destinada al riego.
Acequia del Plátano
El jardín inferior es relativamente nuevo y anteriormente eran bancales dedicados al cultivo. Junto a la acequia se plantaron una hilera de nogales.

Bancales ubicados bajo el paseo de Plátano, hoy desaparecidos. Foto tomada
desde la Casa de Inocencia. Archivo municipal del Ayto. de Alicante.
Aspecto actual del jardín inferior
Junto al Plàtano encontramos la Font del Plátano. En su construcción original fue un abrevadero para animales y la actual es del XIX, aunque ha sido restaurada posteriormente. A lo largo del tiempo el número de caños ha ido variando hasta quedar reducidos a los dos actuales. El retablo cerámico, algo característico de las muchas fuentes que tiene el pueblo de Biar, tampoco es el original aunque siempre ha estado dedicado a San Cristobal, patrón del pueblo.

Fuente del Plátano. El retablo actual y el que hubo originalmente
Iniciamos el camino de subida y encontramos a nuestra derecha una sucesión de casas de dos plantas sin valor histórico pero en armonía con el entorno y que ocupan un espacio que estuvo destinado al cultivo. Esta zona era conocida como el trinquet, ya que antes de que existieran éstas, se practicaba este juego en el lugar en el que están emplazadas.

A la primera de ellas la conocíamos como "Ca Don Paco" ya que en ella vivía el médico D. Francisco Liceras, en una época donde todavía no existían ambulatorios y las consultas se hacían en la propia casa del médico.

A nuestra izquierda discurre, al otro lado de la rambla, la Sierra de Fontanelles, cuyo trazado seguiremos en paralelo durante todo el trayecto.


Sierra de Fontanelles. En la loma de la izquierda, resalta el Cant del Gall y en el extremo derecho la Penya Parroc.
Cuando hemos pasado esta hilera de casas encontramos a nuestra izquierda la que nosotros conocemos como la Casa d’Inocència. Ésta cuenta con un pequeño jardín y un pinar, en un nivel inferior respecto al del camino. Fue construida en el siglo XIX y por su ubicación y por peculiar construcción, todas las parejas de mi época veníamos a hacernos fotos delante de ella.


Distintas épocas de la Casa de Inocencia. Foto B/N tomada del blog Apiarum. En la foto inferior,
mi mujer y yo cuando eramos novios con mi sobrino Silvio.
A mano derecha encontramos la Casa de Villagracia, a la que todos conocíamos popularmente como la de "Rompetechos", que pertenece a la misma época.


Aspecto anterior y actual de Villagracia. Al igual que la Casa de Inocencia
 los cambios en el aspecto externo no han sido grandes, principalmente el color de la fachada.

Está construida a las faldas de la Serreta Sant Nicolau, en la que el rey Jaume I levantó otro de sus campamentos. Tras la conquista mandó construir una ermita en honor a San Nicolás y hay constancia escrita de que en el siglo XVIII todavía estaba en pie, pero en la actualidad no queda ningún resto de la misma.

                  Subida al santuario a la altura de la Serreta. Fotos publicadas por Cristobal Sarrió Lledo


Serreta San Nicolau y vivienda construida en su parte más elevada
Este pequeño cerro poblado de pinos antiguamente estaba raso y en él se representan simbólicamente todos los años, durante las fiestas de mayo, las refriegas o guerrillas que hubo entre moros y cristianos.

Imágenes del presente y pasado de las guerrillas. En la foto antigua la ausencia de árboles permite ver con toda
claridad tanto la Casa de Inocencia como la de Villagracia y la de la Serreta Sant Nicolau. También vemos
en la parte de abajo la Casa de Salomón que en la actualidad ya no existe. Foto B/N tomada del blog Apiarum
Pegado a la Casa de Inocencia está el camino que conduce al a finca de La Fontsanta y también al barranco de los molinos.

Punto en el que nace el desvió hacia la Fontsanta
Seguimos nuestra marcha ascendente y a la derecha está la Fuente del Pájaro, construida según consta en la misma, en 1906, aunque a lo largo del tiempo también ha sufrido reformas. En este caso, el retablo es en honor de la Virgen de Gracia.


Fuente del Pájaro. A la izquierda, oleo pintado por mi mujer, Ángeles Colomina, con el aspecto que tenía originalmente.
La siguiente construcción que encontramos a la derecha es la Casa de San Fernando, imponente, ya que por el desnivel del terreno su construcción queda a bastante altura respecto del camino.

Casa de San Fernando
A continuación está la Ceràmica del Tio Escobar, hoy conocida como la de Maestre, la única que existe en estos momentos y que mantiene una tradición centenaria de este pueblo. Su primer propietario fue un ceramista de Manises llamado Juan Mora Carpintero, que se trasladó a Biar desde su ciudad natal en el siglo XIX. Posteriormente fue pasando por distintos propietarios hasta la actualidad y la cerámica que producen sigue siendo uno de los atractivos del pueblo, ya que conserva la tradición en sus diseños.


Cerámica de Juan Mora. Foto publicada por Cristóbal Sarrió Lledó


En la planicie de más arriba está el antiguo matadero, sin valor histórico ya que fue construido cuando acabó la guerra civil, en cuya explanada encontramos el Pou de la Neu, cuyo aspecto actual difiere del original al haber sido restaurado completamente en los años 80. En ocasiones se ha usado como sala de exposiciones u otro tipo de eventos culturales.

Matadero municipal
Pozo de nieve, antes y después de la restauración.
Foto B/N: “Guía de los Pozos de Nieve de la Provincia de Alicante” de M. Vicedo y J. Ramírez
Conforme ascendemos nos llamará la atención a nuestra izquierda un pino de gran tamaño, el más grande de este tipo que podemos encontrar en el término municipal, y que popularmente es conocido como el Pi de la Menina.

Pino de la Menina en la actualidad y a principios de siglo XX
 A partir de este tramo, nos iremos encontrando a ambos lados del camino los pasos del Vía Crucis, catorce hornacinas con retablos cerámicos. Fueron construidas en el año 1949 ya que las originales, ubicadas en los mismos puntos, fueron destruidas durante la Guerra Civil.


Una foto de mi juventud, leyendo uno de los pasos del Via Crucis en viernes santo.
A la dcha. fragmento de un foto antigua donde se aprecian las
últimas hornacinas del trayecto, las originales que fueron destruidas en guerra. 

Retablos de cerámica del Via Crucis. Primera y última hornacina.
Conforme avanzamos vamos dejando atrás viviendas de construcción más reciente y también el Instituto de Enseñanzas Medias de Biar. En las proximidades del santuario, el camino se allana y a nuestra derecha encontramos la antigua casa veraniega conocida como La Josefina, del siglo XIX.

Villa Josefina
Plano de 1897. En este trayecto únicamente aparecen reflejadas tres construcciones:
la casa de La Serreta, la fábrica de cerámica y Villa Josefina, que según el plano,
era una casa de recreo.
 Enfrente de la misma está la carrasca posiblemente más grande de Biar.
Imagen actual de la carrasca y de principios del siglo XX. Foto B/N tomada del blog Apiarum

En la bifurcación del camino que encontramos a continuación a nuestra derecha, quedan los restos de un tronco de pino que era conocido como El Pi de l’Assutzena, que fue cortado en los años 70 y cuyo tamaño también era imponente.

Restos de lo que fue el árbol de la azucena
Oleo pintado por mi mujer, Ángeles Colomina, a partir
de una foto antigua del pino de la azucena
Pi de la azucena ya cortado. Foto cedida por  Antoni Albero Richart

Era conocido con este nombre porque todos los años brotaban azucenas entre el enramado del mismo.

Fragmento de una antigua fotografía en la que destaca el Pino de la Azucena frente al resto de árboles que señalan el camino de subida al santuario. A la derecha, medio escondida tras la carrasca centenaria se ve Villa Josefina. Foto: Juanjo Sanchís Torres.
A unos metros encontramos un antiguo pozo de agua con techado y cerramiento lateral.


El camino desemboca en la planicie sobre la que está construido el santuario en honor a la Virgen de Gracia y cuya construcción se remonta al siglo XVIII.




Vistas del pueblo desde la explanada. Fotos: Elisa Moral Herrero
Imágenes de la Ermita en la actualidad y a principios del siglos XX. Foto B/N: Hemeroteca de la Biblioteca Nacional
En su interior también se unen elementos antiguos con otros mas modernos ya que a lo largo de los años varios pintores aficionados de Biar han tenido la oportunidad de reemplazar las pinturas que fueron destruidas durante la guerra, entre ellas mi mujer, y que hoy forman parte del patrimonio artístico de este santuario.

Foto en B/N. Interior de la ermita a finales de los años 50.
En el lateral derecho y adosado a la ermita encontramos la antigua hospedería que además fue residencia de los Padres Franciscanos que hubo en Biar, en sus primeros tiempos, ya que posteriormente pasarían al convento que en la actualidad es la Casa de Cultura. En el lateral de esa edificación hay una fuente en la que refrescarnos y a sus espaldas, la casa de los ermitaños.
Hospedería, casa del ermitaño y fuente adosada a la edificación.
Foto B/N de principios del s. XX
Todo el conjunto está rodeado de monte, con pinares frondosos, en las que se han instalado mesas de merendero que hacen de la zona un lugar idóneo para el recreo y el disfrute familiar.

Bordeamos la ermita para tomar el camino que a sus espaldas nos lleva hasta la finca de La Tosquera. Indistintamente podemos llegar hasta el mismo desde ambos lados de las edificaciones. De acuerdo con la tradición, el segundo día de Pascua se merendaba en los alrededores de esta finca y el tercero, en los del Santuario.

Opciones para llegar al camino de la Tosquera

(c) Instituto Cartográfico Valenciano
En ella encontramos una casa cuya construcción original se remonta al siglo XVIII pero que está muy reformada. 


Casa de la Tosquera
En esta finca durante mucho tiempo se celebró la tradicional "perola" de los cazadores. Esta foto es un recuerdo de estos encuentros y entre otros aparece mi padre.


Justo enfrente de su fachada principal están los restos de otra cavidad utilizada en el pasado para extraer la arena de fregar cacharros, de las que ya nos hemos encontrado varias en rutas anteriores.


Cavidad de la que se sacaba la Terreta d'escurar
En uno de sus bancales había un pozo de nieve, el más grande de Biar, del que hoy en día no queda ninguna señal, pero del que yo guardo recuerdos ya que de niño acompañé a mi padre para recoger enseres que habían sido tirados allí durante la guerra civil, para llevárnoslos atados con una maroma.

Bancal en el que se levantaba el pozo de nieve, del que sólo se guarda un testimonio fotográfico. Foto B/N: Miguel Maestre Castelló
La casa cuenta con un segundo pozo de nieve, mucho más pequeño, pero que todavía sigue en pie. Durante un tiempo fue utilizado como aljibe lo que supuso que lo adaptaran para poder recolectar el agua de la lluvia.

Pozo de nieve y conducciones para reconvertirlo en aljibe
Además de los tres pozos que se han mencionado en esta ruta, hay dos más en la Casa de Bobo, en el camino de Fontalbres, de los que sólo quedan unos restos que visitamos en otra ruta anterior. Estos son los únicos pozos que no están registrados en el catálogo de bienes protegidos de Biar, posiblemente porque muy poca gente conoce de su existencia. Uno de ellos lo vi por primera vez siendo joven cuando iba por esos parajes con mi padre de caza, que fue quien me lo enseñó. Del otro no he sabido nada de su existencia hasta ahora a pesar de estar pegado a un camino que habré recorrido cientos de veces en mi vida.

Restos del pozo de nieve de la Casa de Bobo que conocí durante mi infancia

Restos del segundo pozo, de mayor tamaño
La finalidad de todos ellos era almacenar la nieve que se recogía en las grandes nevadas para su posterior uso.




Los cinco pozos de nieve que se conocen de Biar
Para conservarla en su interior se disponía primero una capa gruesa de nieve apretada, a continuación una capa más fina de paja, alternando ambas hasta llenar todo el pozo. El trabajo de prensado era muy duro por las condiciones en las que se debía trabajar. De esta manera la nieve podía conservarse hasta cuatro o cinco meses y sus usos eran variados ya que se utilizaban para conservar alimentos, con fines medicinales y para la fabricación de helados. Los excedentes de nieve de nuestros pozos, se vendían al pueblo de Ibi, cuya tradición heladera era y es bien conocida, actividad en la que además trabajaron muchos biarenses.


Gráfico que muestra todas las labores relacionadas con el almacenamiento
de la nieve en los pozos.
La nieve se extraía y se picaba para formar los bloques, que luego eran transportados envueltos en paja o mantas, utilizando carros tirados por mulas.

Transporte y venta de las barras de hielo
 Los pozos de nieve dejaron de utilizarse entre los años 30 y 40 y su abandono ha conllevado en la mayoría de los casos su deterioro.

Dentro de esta finca también encontramos el pino piñonero de mayor tamaño del término municipal.


Pino piñonero de La Tosquera
Mi padre se encargó muchos años de recoger los piñones del mismo con el permiso de los propietarios. Con la venta de los mismos obtenía así unos ingresos extras. Para acceder a sus ramas se ayudaba de una maroma atada a una de ellas. Al calor del fuego extraía los piñones del interior de las piñas.

Distintas imágenes de antiguos piñeros o recolectores de piñas.

                                               Casa de la Tosquera. Foto publicada por Cristobal Sarrió Lledo

Regresamos nuevamente al santuario, pero en lugar de hacerlo por el camino por el que hemos venido tomaremos un camino que nace en la propia finca y que discurre paralelo a la rambla de los molinos hasta desembocar en el Camí de la Fontsanta, camino que tomamos de regreso al pueblo y que nos dejará a la altura de la Casa d’ Inocència.


Camino que tomamos desde la Tosquera y que nace junto al pino piñonero
Este camino que está cementado en su último tramo es de uso privado pero los caminantes no tienen problema para bordear el cerramiento. Una vez se incorpora al camino asfaltado justo en la curva de bajada del mismo, tomamos es sentido descendente.


Vistas de la casa de la Tosquera desde el camino
(c) Instituto Cartográfico Valenciano
A los pocos metros rebasamos la Casa de la Fontsanta, en la que nací en 1932 debido a que en aquella época trabajaba mi padre en esta finca como mulero desde 1931.


Vistas de la casa de la Fontsanta desde el camino de bajada

Casa de la Fontsanta en la actualidad y con el aspecto con el que yo la conocí en mi infancia. A la izquierda de la foto, el  Santuario de la Virgen de Gracia. Foto B/N: Juanjo Sanchís Torres
En el camino de bajada sobrepasamos a nuestra derecha la Casa dels Ventures, que ya hemos mencionado en las dos rutas que transcurren por el barranco de los molinos.

(c) Instituto Cartográfico Valenciano
Distintos tramos de este agradable paseo
Una vez superamos unos bungalows adosados de colores, a cuyas espaldas antiguamente estaba la Ceràmica de Sirera, llegamos a la Casa de Inocencia, desde donde descendemos nuevamente al Paseo de Plátano y damos por finalizada nuestra ruta.


                                        Cerámica de Sirera. Fotos publicadas por Cristobal Sarrió Lledo

 

Cuadro del horno de Sirera pintado a partir de un foto, por mi mujer, Ángeles Colomina


Antigua cerámica de Sirera

 
Bajada hasta el paseo. Imágnes en B/N: postal antigua y foto del
Archivo Municipal del Ayto. de Alicante








Este paseo recorre lugares emblemáticos para los biarenses ya que forman parte de todos nosotros desde nuestra infancia. Ellos han sido testigos de nuestras celebraciones en familia, de los momentos compartidos con los amigos y allí hemos llevado a nuestros hijos para que jugaran o simplemente para buscar el mejor entorno para nuestras fotos. Aquí dejo algunos testimonios personales que así lo corroboran y que quiero compartir con todos los visitantes de este blog:

Fotos en el paseo del Plátano y subida al santuario en
fiestas de moros y cristinos, con  mis quintos,  amigos y  la familia, en distintos
momentos de mi vida

Fotos en el santuario con motivo de celebraciones religiosas y también otras
 de la merienda de pascua con amigos y famlia en la tosquera y en la pinada del santuario.